Con este calor apetece cosas fresquitas, y ya que es temporada de beber horchata, ¿qué tal si hacemos un cupcakes de horchata?

Estas son las proporciones para que salgan 12 cupcakes exactos:

- 200 gramos de harina.

- 2 cucharaditas de levadura.

- 2 huevos L a temperatura ambiente.

- 100 gramos de mantequilla a temperatura ambiente.

- 150 gramos de azúcar.

- 150 ml de horchata.

Procedimiento:

El proceso es como de costumbre: precalentamos a 180º C y ponemos las cápsulas de papel en los orificios del molde para muffins.

Cremamos la mantequilla con el azúcar y cuando esté integrado, añadimos primero un huevo, mezclamos bien, y después el otro. Después, tamizamos la harina con la levadura y lo incorporamos a la masa en tres tandas, alternando con dos tandas de horchata. Con una cuchara de helado ponemos la masa sobre las cápsulas hasta rellenarlas 2/3 de su capacidad y horneamos 25-30 minutos.

Sacamos del horno y dejamos enfriar a temperatura ambiente, mientras hacemos la buttercream de horchata.

Para la buttercream de horchata necesitamos:

- 80 gramos de mantequilla a temperatura ambiente.

- 250 gramos de azúcar glass.

- Horchata (iremos echando de chorrito en chorrito).

Con estas medidas tendremos para cubrir los 12 cupcakes. Haremos como una buttercream normal, batiendo la mantequilla e incorporando el azúcar poco a poco. Cuando vayamos viendo que la crema queda seca, añadimos un chorrito de horchata, y añadimos más azúcar, y seguiremos añadiendo horchata hasta que se acabe el azúcar y la crema quede como una pomada.

Rellenamos una manga con la boquilla que más nos guste y ¡a decorar!

La crema pastelera...básica para crear otras recetas, y relleno de múltiples dulces... Puede parecernos difícil, pero en realidad es muy sencilla, sólo hay que seguir estos pasos:

- Medio litro de leche.

- 50 gramos de harina de maíz.

- 1 rama de canela.

- 2 yemas de huevo.

- 100 gramos de azúcar blanco.

- Un trozo de piel de limón.

- 1 cucharadita de esencia de vainilla.

Esta receta es apta para celíacos ya que ninguno de los ingredientes lleva gluten. También podríamos hacerla con leche de soja o de almendras para los alérgicos a la lactosa.

Ponemos en un cazo toda la leche menos medio vaso, que lo dejamos aparte. Ponemos la leche a calentar junto con la rama de canela, la piel del limón, y el azúcar. En el medio vaso que habíamos reservado, echamos la harina de maíz y removemos para que se mezcle bien. Antes de que la leche rompa a hervir, la retiramos del fuego. Echamos en ella la mezcla de leche y maicena y removemos, echamos también las dos yemas y la esencia de vainilla (antes, retiramos la rama de canela y la piel del limón).

Volvemos a llevar al fuego (no al máximo, mejor medio-fuerte) y removemos constantemente con unas varillas manuales para evitar que la leche se queme y se pegue al fondo. Cuando se espese y tenga la consistencia de unas natillas la retiramos del fuego.

La echamos sobre un bol y la cubrimos con papel film. El papel debe tocar la crema directamente, esto es para que no se le forme "costra". Esperamos a que enfríe a temperatura ambiente y la guardamos en la nevera (debe conservarse en frío siempre, incluso si rellenamos algún pastel o bollo con ella).

Como veis es muy sencilla y está riquísima. También podéis añadirle otros sabores, como cacao en polvo para hacerla de chocolate, o de fresa, de plátano...como queráis!

De vez en cuando, no todos los días, me apetece un café o té a eso de las 4 de la tarde y claro, hay que acompañarlo con pastas no? Así que esta vez las he hecho rellenas de mermerlada, pero con un agujero en medio de la galleta de arriba para que se vea el relleno ¡buenísimas!

Ingredientes:

- 300 gr. harina.

- 150 gr. azúcar blanco.

- 150 gr. mantequilla a temperatura ambiente.

- 1 cucharadita de levadura.

- 1 cucharadita de vainilla.

- 1 huevo.

Primero mezclamos la mantequilla con el azúcar y cuando esté bien mezclado, añadimos el huevo. Lo batimos bien y agregamos la vainilla. Mezclamos la harina con la levadura y lo tamizamos. Lo agregamos a la masa. Hacemos con ella una bola y la envolvemos en papel de horno y la refrigeramos en la nevera 1 hora.

Después, precalentamos el horno a 180º C. Estiramos la masa sobre un poco de harina y vamos cortando las formas. Un consejo: las que llevan el agujero en medio, mejor cortar el agujero cuando hayamos puesto la galleta sobre la bandeja del horno, porque si lo hacemos antes, la galleta se deforma o incluso se rompe... Las horneamos unos 12 minutos y las sacamos. Las dejamos enfriar sobre una rejilla. Cuando estén frías las rellenamos con una cucharadita de mermelada del sabor que más nos guste, en mi caso, de fresa y voilà!

Como ya sabéis, no soy muy partidaria de la bollería y demás cosas industriales, prefiero intentar hacerlo todo yo de forma casera, así nos aseguramos de que el producto no lleva "cosas raras", lo único artificial que utilizo son las esencias de sabores (y a veces, ni eso) y los colorantes alimentarios, y también sabemos así que lo que hemos hecho no tiene tanto colesterol o cosas que en ocasiones no podemos comer por la razón que sea (gluten, huevos, lácteos...), ya que a veces podemos leer en las etiquetas "puede contener trazas de", y cuando pone "huevos", "leche" o "gluten", quizá no te asuste tanto como cuando pone "crustáceos"... Así que, siguiendo con la manía de hacer las cosas caseras como ya hice con las recetas de  Pastelitos Pantera Rosa o  Phoskitos caseros (por poner dos ejemplos), hoy le ha tocado el turno a la tarta de oreo. No sé cómo sabe la del preparado de la marca Royal porque no la he probado, pero os puedo asegurar que esta que me he inventado está buenísima!! Bueno, ahora ya sí os dejo con la receta, ah, y las fotos del paso a paso las tenéis en facebook.

Ingredientes (para un molde desmontable de 15 cm de diámetro):

- 20 galletas tipo oreo.

- 100 gr. de mantequilla.

- 250 gr. de queso crema tipo Philadelphia (una tarrina).

- 200 ml. de leche.

- 3 hojas de gelatina.

- 50 gr. de azúcar blanco.

Preparación

Para esta tarta no necesitamos el horno porque va a ser fría, así que podemos hacerla en un ratito. Primero separamos las galletas del relleno. Reservamos el relleno para luego y trituramos las galletas (con un mortero, con termomix o con la jarra de cuchilla de la batidora). Ahora fundimos la mantequilla y se la echamos a la mitad de las galletas, la otra mitad la guardaremos para cubrir la tarta al final. 

Ponemos un círculo de papel de horno sobre la base del molde y lo cubrimos con la galleta mezclada con mantequilla, y prensamos con una cuchara. Ya tenemos nuestra base hecha.

Por otro lado, metemos las hojas de gelatina en agua fría para que se hidraten. Mientras, mezclamos el queso crema con el relleno de las galletas y lo reservamos.

Ponemos a calentar la leche con el azúcar en un cazo, pero no dejamos que hierva, sólo que se caliente un poco, lo justo para que se disuelva el azúcar y las hojas de gelatina, que habremos escurrido primero.

Mezclamos la mezcla del queso con la mezcla de leche, mejor con unas varillas manuales. Echamos esta mezcla al molde. Como está bastante líquido, algunas partículas de galleta se levantarán y quedarán flotando en el relleno, pero no importa, porque queda muy bien. Ahora metemos el molde a la nevera y lo dejamos unas 6 horas o toda la noche para que cuaje bien. Cuando lo saquemos, podemos cubrirlo con el polvo de galleta que habíamos guardado y podemos desmoldar la tarta con cuidado, ¡veréis qué pinta tiene! (y lo buena que está...)

En esta ocasión he hecho unos sencillos muffins (o mejor, magdalenas, porque no son tan altas como los muffins...) de ron con pasas, acordándome de uno de los sabores favoritos de helado de mi madre. La receta es bien sencilla, sólo necesitáis:

- 200 gramos de harina.

- 1 cucharada de bicarbonato.

- 100 gramos de mantequilla a temperatura ambiente.

- 150 gramos de azúcar blanco.

- 2 huevos M a temperatura ambiente.

- 100 ml. de leche.

- Una cucharadita de aroma de ron (si no tenéis, podéis sustituir 50 ml. de leche por 50 ml. de ron).

- Unos 100-125 gramos de pasas sultanas.

- Un poco de cognac para humedecer las pasas.

Con estas cantidades tendréis para hacer 12 cupcakes exactos de tamaño estándar.

Primero pondremos las pasas en el cognac para que se vayan humedeciendo y encendemos el horno a 180º C. Por otro lado, batimos (manualmente) la mantequilla con el azúcar hasta obtener una crema. Añadimos los huevos de uno en uno, mezclando bien uno antes de incorporar el otro. Después, tamizamos la harina con el bicarbonato y lo añadimos a la masa en dos tandas, alternando con otras dos tandas de la leche. Finalmente, añadimos el aroma de ron (si hemos optado por utilizar ron de verdad, lo mezclamos con la leche, no os preocupéis porque vayan a comerlo los niños porque el calor del horno evaporará el alcohol) y las pasas ya escurridas (el cognac no nos servirá ya).

Rellenamos las cápsulas de papel 2/3 de su capacidad y lo metemos al horno 25 minutos ¡y listo!

Yo los he dejado así, pero podéis hacer una buttercream con sabor a ron (aquí echaríamos el aroma de ron también) o adornada con pasas u otros frutos secos...

Nota: si no queréis que las pasas se hundan al fondo, pasarlas antes por un poco de harina y sacudir el exceso, después mezclarlas con la masa.